Sol, arena y olas. Una combinación perfecta que nunca falla. Pero este cóctel de placeres se entiende mejor en el lugar del que te vengo a hablar hoy.
Partamos de que hablaremos de un lugar situado en el Algarve portugués, algo que le hace partir desde una posición espectacular. A eso le sumamos que se encuentra en la Costa Vicentina, lo que ya te dice que lo que te enseñaré hoy es increíble.
Y si, hoy hablaremos de otra de esas playas que dejan huella en la memoria, ese tipo de lugares a los que no te importa el momento, sólo quieres volver allí una y otra vez.
Hoy hablamos de Praia do Amado.

Sin lugar a dudas es una de las playas más bonitas que he visto en mi vida. Su extensión, oleaje y colores hacen que no se asemeje a nada de lo que hayas podido ver antes.
Esta playa se sitúa en Carrapateira, un pequeño pueblo costero muy frecuentado por los surferos. Y no es para menos, pues en esta playa encontraremos olas que te hacen sentirte una mota de polvo en el desierto.
Nada más llegar, encontraremos un aparcamiento gratuito con bastante espacio como para que no sea un problema encontrar un sitio.
Antes de acceder a la playa encontraremos un mirador desde el que las vistas no te dejarán indiferente. Observarás piedras de todos los colores, los tonos rojizos de la montaña y un sinfín de olas.

Además, en esta zona hay numerosos chiringuitos con música ambiente en el que tomarte algo mientras disfrutas de las vistas de postal que tendrás enfrente. También hay algunos puestos donde puede alquilar equipo de surf e incluso contratar alguna clase de iniciación.
Si tu plan es ir directamente a la orilla y tumbarte en la toalla a disfrutar por tu cuenta o directamente darte un baño, también es una gran opción. ¡Y es que en esta playa cualquier plan es bueno!
A mí personalmente me gusta pasear por la playa y acercarme a esa zona dónde parece que acaba, pues en la mayoría de las ocasiones encuentras algún recoveco que te muestra un lugar precioso.
Y en esta playa decidí bajar por un acceso en el que no hay arena, sino rocas directamente. Hacerlo como lo hice yo, que fue con la marea alta, puede ser peligroso si no llevas precaución, pues en cualquier momento puede llegar una ola que te dé un buen chapuzón.
Eso sí, nada más bajar me di cuenta de que no había podido hacer mejor, pues las vistas y fotos que se pueden sacar desde ahí son inmejorables. He aquí una muestra:

Y por todas estas razones, tanto escritas como gráficas, no podía quedarme sin dedicarle un post a una de las mayores maravillas de la naturaleza que he visto.
Es sin duda una visita obligada si estáis por la zona, e incluso podéis dedicar unos días a recorrer la Costa Vicentina como hice yo y disfrutar así del espectáculo natural que es.
Espero que este post os haya gustado y os sea de ayuda a la hora de planificar un viaje por la zona, pues os aseguro que merecerá la pena. Y recordad, si tenéis cualquier duda o queréis que os ayudemos a planificar vuestro viaje, podéis hacerlo a través de nuestras redes sociales o correo electrónico.